Wednesday, April 11, 2012

El yo y el ello (Freud, 1923)

En este ensayo Sigmund Freud establece que la premisa fundamental del psicoanálisis es la diferenciación de lo psíquico en consciente e inconsciente. En su primera tópica, Freud distingue tres conceptos: el estado consciente, pre-consciente e inconsciente. 

La consciencia constituye la superficie del aparato anímico, una superficie perceptora, un estado transitorio.  En el pre-consciente se encuentra lo latente, es decir, lo que es capaz de consciencia.  Lo pre-consciente está vinculado con el discurso, con las representaciones verbales. Lo inconsciente constituye una representación no percibida.  Existen dos clases de inconsciente: el inconsciente latente que es capaz de consciencia y el inconsciente reprimido que no es capaz de consciencia. 

La diferencia entre la representación consciente e inconsciente radica en que la representación consciente conlleva la representación objetiva (carga instintiva) y la representación verbal, mientras que la representación inconsciente sólo está conformada por la representación objetiva.  Digamos que el inconsciente no puede articular su voluntad.  Entonces con la represión lo que se impide es que se efectúe la traducción verbal de las representaciones. 

En la segunda tópica, Freud amplía su teoría para diferenciar tres componentes del psique humano: el yo, el ello y el super-yo. El yo integra a la consciencia, fiscaliza los procesos anímicos y establece un sistema de censura, inclusive en los sueños.   El yo es una parte del ello guiada por el principio de la realidad, es decir, considerando la influencia del mundo exterior.  En el ello el principio del placer es lo que prevalece.  Se podría considerar al yo como la razón o reflexión y al ello como las pasiones.

Hay una parte del yo que tiene una conexión más débil con la consciencia, se trata del super-yo.  La fuerza del super-yo proviene también de la energía del ello.  El super-yo también es inconsciente, inaccesible al yo y representa la identificación con el padre.  Constituye la conciencia moral, un imperativo categórico.  El super-yo emite juicio sobre el ello y presenta sus objeciones al yo.

Cuando Freud sostiene que lo más bajo y lo más elevado de la civilización provienen de la misma fuente, se refiere a que la religión, la moral y el sentimiento social son generados por el super-yo y este es “el heredero del complejo de Edipo, y con ello, la expresión de los impulsos más poderosos del ello y de los más importantes destinos de su libido."

Algunas preguntas relacionadas con el ensayo son:

(1) ¿A qué se refiere Freud cuando menciona que "todo lo reprimido es inconsciente, pero no todo lo inconsciente es reprimido”?
(2) ¿En qué consiste la idea del retorno de lo reprimido?
(3) ¿Por qué de acuerdo con Freud el super-yo es una característica fundamental para el desarrollo del individuo y de la especie humana en general?
(4) ¿En qué consiste el complejo de Edipo y cuál es su relación con el sentimiento de culpabilidad?
(5) ¿Por qué Freud asegura que “el ello es totalmente amoral; el yo se esfuerza en ser moral, y el super-yo puede ser hipermoral y hacerse entonces tan cruel como el ello”?

El ensayo puede encontrase aquí:




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